miércoles, 2 de septiembre de 2009

Vacaciones de verano (V)

Mallorca:
- subidas a todos los calvarios de los pueblos de la Sierra de Tramuntana
- un paseo hasta Cala Murta y la propia cala, de guijarros que se disuelven a fina arena una vez llegan al mar
- Pollença y su restaurante con terraza bajo el pórtico de la iglesia
- Sineu y sus iglesias, la plaza del pueblo y el calor
- cala Torta y el buen rollito
- las curvas de 180º en la carretera y los pinos que se vuelcan sobre ella
- los baños al comenzar el día
- los paseos en bicicleta por Costa de los Pinos.

Mallorca es gastronomía, como el resto del Mediterráneo:
- Trampó amb llampuga
- Ensalada de higos rellenos de queso de cabra con mermelada de sobrasada vieja (tiene que ser la del año anterior, para que no sea grasa)
- Dentol a la mallorquina
- La sopa de pescado del Sa Punta y la gigantesca vieira de la ensalada de P.
- La bearnesa y el carré de cordero.
- El rodaballo y los boquerones, el hojaldre de queso con cebolla morada, las berenjenas multicolores.

Me gusta verme sorprendida por Mallorca, me gusta derribar esos mitos que tenía en la cabeza, y confirmar algunos otros.

Mallorca, eso no lo puedo evitar, sigue siendo en mi cabeza, Pepe Isbert buscando a su yerno (Nino Manfredi) junto con la guardia civil en las cuevas del Drach, en El verdugo, esa impagable película de Berlanga.

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