jueves, 21 de enero de 2010

Belmonte. Chaves Nogales

Por casa andaba la biografía de Belmonte (el torero) a quien desconozco por completo. Pero la escribe Manuel Chaves Nogales. También anda por casa su libro "A sangre y fuego". Es de esos personajes españoles de mediados del siglo XX desconocidos para muchos, porque como dice Félix de Azúa es un "excepcional periodista, pero detestado por fascistas y comunistas españoles y, en consecuencia, casi desconocido en España. Sólo su magnífica biografía de Belmonte ha tenido notoriedad"

A través de el Belmonte niño uno va leyendo la España de aquella época, y casi ve, como si estuviese frente a un cuadro de Sorolla, las luces y las sombras, las penas y miserias.

Y la prosa se desliza y te cuenta:
"... Cuando llegábamos a Tablada, la luna clara bañaba en leche azul la dehesa. Al aproximarnos al cerrado enmudecíamos; los remos trabajaban sordamente con lentas paletadas hasta que la barca se quedaba varada en el limo. Uno saltaba a tierra, primero para explorar el terreno. Nadie. Desembarcábamos todos y avanzábamos por el cerrado salvando la cerca de alambre de espino. Los cardos y las jaras nos tapaba. Caminábamos cautelosamente por la dehesa, cuando de improviso escandalizaba la noche el esquilón abaritonado de un cabestro..."

El esquilón abaritonado de un cabestro.

viernes, 8 de enero de 2010

La noche de los tiempos

Tenía ganas de leerlo. Muchas ganas. No me ha defraudado, quizá le sobren algunas páginas. Pero son excedentes para el lector, no para el escritor.

La noche de los tiempos de Muñoz Molina, cuenta una historia alrededor de la que giran otras muchas y que se desarrolla en el marco de la Historia (con mayúscula) reciente española. Sigue siendo reciente, aunque ya haya pasado un tiempo, porque seguimos a vueltas con la memoria histórica, con las deudas con el pasado, y porque muchos no saben (no sabemos) muy bien qué pasó.

La irrupción de la Historia en las vidas e historias diarias de personas ordinarias tal y como se desarrolla en la novela produce una cierta desazón y desasosiego, porque nada, o casi nada, nos pertenece, porque todo queda fuera de nuestro alcance.

No sé si lo pretende, pero Muñoz Molina consigue que uno aprecie el presente, y se recuerde a sí mismo que existe el presente y no sólo los tiempos extintos ni los que vendrán.

No sé si lo pretende, pero Muñoz Molina con su novela, me ha invitado a informarme más de ese pasado, de esa Historia que también irrumpió en la vida de mis abuelos y que se prolongó en la infancia de mis padres, de la que en tantas ocasiones mi madre me ha contado sus pequeñas historias.

"... En la guerra nadie entiende nada. Los que parecen entender algo son los más farsantes de todos, lo más dementes o los más peligrosos. Yo he visto la guerra. Nadie me lo ha contado. (...) En la guerra no sabe nadie lo que está pasando. Estalla una bomba y te matan, o te quedas desangrándote y sujetándote los intestinos con las manos, o te quedas ciego, o sin las piernas, o sin la mitad de la cara. Y ni siquiera hace falta que vayas al frente. Vas a un café o a un cine de la Gran Vía y cuando sales cae un obús o una bomba incendiaria y si tienes suerte ni te das cuenta de que ibas a morir. (...) Ésa es la guerra. Todo lo demás que te cuenten es mentira. (...) A la guerra, a los sitios donde de verdad se está expuesto a morir, no van más que los que no tienen más remedio porque los llevan a la fuerza o porque se han creído la propaganda y los han emborrachado con las banderas y los himnos..."

Cómo envidio su escritura. Cómo le agradezco su literatura, su memoria y su esfuerzo.