A propósito de la polémica existencia (subjuntiva) de Dios, mi idolatrado Pla (sin él saberlo) acude en mi ayuda:
¿Cómo quieren comprender la esencia de Dios si todavía no saben hacer un sofrito? ("Conversaciones con Pla y Dalí", Luis Racionero)
Un buen sofrito….ay! Indispensable su ajo en laminitas bailando en aceite de oliva. Indispensable su cebolla pochada. Cada cual que añada lo que le parezca oportuno. Y ahí está la excelencia, la perfección. Llámela, si quiere, dios.
O Pla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario